Pesante, pensante, efímero, caduco, indolente.
Veloz.
En el espacio entre la expectativa y tu cuerpo.
Expectante e ilusa, incrédula y apoyada en tu torpeza
reparando en que la vida pasa de largo
ante el largo recorrido de nuestra desnudez
Al roce de nuestra particular contienda
donde enemistad, a parte, sólo transcurren susurros,
ilusiones ajenas que nos sentaron al borde de un mismo sendero
donde se nos manifestaron la culpa y la imprudencia
ante los ojos de otras gentes
ante la irreversible conciencia de lo ocurrido.
Somos lo que quisimos.
El deseo insatisfecho de utopías robadas.
La perfecta imagen de lo irreconocible
Un lecho y dos cuerpos.
sábado, 23 de agosto de 2008
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