Cercana a tu desvergüenza, sollozante
Ajena a tu honestidad, sollozante
Presente entre tus brazos, sollozante
Ausente de tus sentimientos y sollozante.
Incompatibilidad de tiempos y lugares,
puro simulacro entre hostiles desencuentros,
cuando al amanecer le sucedió una noche
y de la noche, otra noche y otra noche,
dejando los días para la indiferencia,
las noches convertidas en refugio inesperado
donde se cobijó, sólo de vez en cuando,
este puro simulacro.
Paseante, escuchante, parlante…
Escultor, protagonista y cantor.
Exiliado, soldado y actor.
Olvidemos la estrategia,
Ensayemos la táctica de ser tan sólo dos.
jueves, 1 de julio de 2010
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