Escultura de tedioso cuerpo,
frágil como un susurro,
predecible como la adolescencia
y envejecida de tanta pesadumbre
Tu sombra tiñe de amargo
los sabores de tu piel sesgada.
A caso… quebrada.
A la zozobra de tu naufragio
ignoraste el abrazo,
ignoraste el refugio.
Marchaste veloz,
agazapada no obstante
por ese devenir errante, cautivo,
militante y escurridizo.
miércoles, 18 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario