A las lunas de ojos vigorosos la llamaron Lucía.
A sus tinieblas en las manos,
a su rostro deleznable
a su caminar vigoroso
a sus penas, las venas de otras penas.
Lucía, pólvora de pesadumbres,
Cobijo de nostalgias
Duelo de amarguras.
Lucía, flor de noche
misterio del alba
Lucía que es causa y antecedente,
Lucía que es incertidumbre y franqueza.
Lucía que es el miedo y su circunstancia
que entretiene el momento en su torpeza
que desfallece cuando otro despertar la asusta.
Lucía.
Tus manos, tu piel, tu cuerpo
tu mente y tu flaqueza
martes, 14 de septiembre de 2010
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