lunes, 5 de abril de 2010

DESTIEMPO

Verso desgarrado,
donde vacilan vacío y desamparo
y entre vacío y melancolía,
elegiste un satírico Cyrano.

La muerte de la palabra,
la ironía de una exasperación.
Cínica confluencia de un arrebato
en la concordia de una última intención.

La perspectiva de un espacio incómodo
amaga en tus propósitos la revolución impetuosa
de un tiempo que no es tu tiempo,
de un suicidio que no es tu suicidio,
de un sentido huérfano, esclavo, afable,
que se escabulle entre la filosofía y la poesía.

En ese verso inconformista,
mitad verdad, mitad mentira.