miércoles, 16 de julio de 2008

Desarraigo

Grita.
Lejos de casa. En la sombría y embarazosa plaza de tu recuerdo
El escondite es una excusa sin oposición
de quienes tememos la emergencia de un destino
como quien teme la luz tormentosa del despertar de madrugada
como quien teme al escapismo de sus miedos,
ensangrentados, escandalosamente inciertos.



Cae.
La minúscula obviedad de lo sublime
desaparació.
Se tornaron imágenes absurdas de una invención cualquiera
cuando se tuercen las intenciones y desaparece el inabarcable recurso
de la intuición
cuando el sollozar constante de nuestras dudas se fortalece,

al pasear, descalza, sobre los restos de esa especie de misericordia
que es la historia.
desde tus pies a mis pies y sobre los pies de quienes ya andaron



Llora.

Vendrán. Volverán y serán más tristes los tristes días
y serán más tristes, las tristes noches
y serán tus días y tus noches sólo efímeros momentos del ensueño
del porvenir.
Habrá otros mares que enjuaguen, sólo entonces,
este desparpajo de malos versos,
para lograr que de mi llanto
suenen los gritos de este despiado espacio entre tú y yo.





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