viernes, 8 de agosto de 2008

De la mentira, maraña

Como el sonido estridente y desenfrenado de un auxilio
la mudez se me ocurre oportuna,
ante una congoja que me crece,
me inquieta y me devuelve al desorden,
al barullo de extrañas coincidencias
al escandaloso suburbio de engaños,
rarezas de tiempos vividos y resumidos en la oración sin verbo
donde personajes e historias se entremezclan.

Se desvaneció la única certeza de tenernos cerca
La lejanía alborota, de pronto, cualquiera que sea el juego de las oportunidades
Todo se funde en una nada con nombre propio

Así, desnuda ante el desconcierto de no ser.
de no estar, de no hallarme al descubierto sino encerrada
en el necio paisaje de un recuerdo.

El vacío existe porque se detiene en la nada.
Inmovilizada por una desafiante seducción
oscura, falsa y burlesca.

Y quiero más. Anhelo el espacio donde no estás.

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