martes, 15 de septiembre de 2009

PORQUE TÚ AMAS…

Recurriste a la inhibición de un alma sacra
Acudiste a la inocente llamada de la desobediencia
Sacudiendo en tu pecho la terquedad de una intención,
Casi, absolutamente casi, absurda…
pero siempre necesaria.

Al encuentro de la historia de un cuerpo abandonado
Sepultado ante el silencio de un tiempo de infortunio,
Donde el mayor desagravio fue besar el lado opuesto,
… Ahí enterraste esas cosas… las cosas del olvido.

Fuiste el pésame de un insomnio ajeno.
Fuiste el consuelo primero de un desierto humedecido,
mojado, empapado de férreas lágrimas,
suspiros tenaces e ilusiones disidentes.


A tú obstinación, las oportunidades.
A tu desidia, la utopía…

A tu cuerpo, un cuerpo enmascarado.
A tu honestidad, la lucha.
A tu júbilo, el quilombo…
El caos.

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